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¿Quién manda? ¿Humala o la Confiep?

Foto: Utero.pe
Por: Renzo Bambarén
El primer mes de Ana Jara en el premierato se ha enfocado en el diálogo y en las negociaciones con las fuerzas políticas para obtener el voto de confianza o investidura. Desde el saque, algunos congresistas salieron a decir que la tarea de Ana Jara era deslindar con la intromisión de Nadine Heredia en el gobierno, todo esto tras el suspenso de las elecciones en el congreso y de la supuesta injerencia de Nadine en la renuncia (¿o despido?) de René Cornejo. Pero tras la fiebre Heredia, aparecieron los Cornejo Leaks. Los hacktivistas de Anonymous Perú y Lulzsec hackearon el correo del expremier René Cornejo y encontraron correos en los que se denota injerencia del sector empresarial para las decisiones del gobierno. Apareció un correo de Cecilia Blume, abogada y directora de una empresa pesquera, al buen Miguelito Castilla, en los que le pide la prórroga de la pesca de anchoveta, que extrañamente no fue respondido, pero sí atendido. Los correos develados solo acrecentaron lo que se venía sospechando: el gobierno recibiría lobbies (presiones empresariales) y las decisiones de estado serían tomadas en consecuencia de estos.
Las negociaciones para el voto de confianza cambiaron, todos se olvidaron radicalmente de la poderosísima primera dama y las bancadas de oposición fueron claras para pedir explicación acerca de estos correos que constituyen, en mi opinión, un problema gravísimo del gobierno que sólo se esmera en negar, mediante la premier Jara, la existencia de presiones empresariales. Sin embargo, Daniel Abugattás marcó diferencia del ejecutivo y admitió que si existen lobbies en el gobierno y pidió se investigue a Blume.
¿Realmente existen lobbies en el gobierno? La evidencia es clara, si los hay, y es la confirmación de que Ollanta Humala (asesorado por Castilla) recibe fuertes presiones por los grandes grupos empresariales. El afán del ejecutivo por agitar la economía para cerrar bien el año ha hecho que algunos ministros accedan a favores a las empresas, entonces, ¿Quién toma las decisiones en el estado? ¿Humala o la Confiep?
Es verdad, es imposible gobernar un país si no hay consenso y coordinación con las empresas privadas, pero hay una delgada línea que marca el dialogo entre ambos y la presión de uno sobre el otro. Si el sector público la traspasa, saldrían los liberales a vociferar la estatización de las empresas, pero la gravedad es la misma cuando el sector privado pretende gobernar, pues sus fines nunca serán los mismos del estado, sus fines siempre serán llenarse las arcas de dinero.
La culpa no es toda del sector privado por presionar al gobierno, la culpa es de ambos. Ambos tienen lo que el otro quiere, el gobierno quiere que las empresas privadas aceleren la economía, mientras que las empresas quieren estos favores para topar sus bóvedas. Pero hay formas correctas de que ambos consigan lo que quieren, y me parece que esta vez, el gobierno pecó de ingenuo y se dejó presionar. Estos correos también confirman algo más, las decisiones del gobierno tienen mucho que ver con Miguel Castilla, es uno de los hombres fuertes del gabinete y posee tanta confianza con Ollanta Humala que ya no se sabe quién es el que decide, ¿Ollanta, Nadine, Castilla? ¿Los tres? Se han consolidado con la trinidad gubernamental.
Esperemos que no se encuentren cosas peores en los Cornejo Leaks, y que el gobierno deslinde con las presiones del sector empresarial. Tampoco es bueno enemistarse, pero es importante que ambos sepan quién es el que manda en un estado, porque los ministros parecen cada vez más asesores privados y no funcionarios públicos. Ya no se sabe para quienes trabajan.